Vértigo


Una muy desagradable angustia vital nos atraviesa cuando creemos haber llegado a lo más alto y esa sensación  de inestabilidad nos perturba no tanto por la altura como por las secuelas de la caída. Deberíamos reflexionar sobre la levedad de nuestro ser que, remedando la definición (magnífica) de Pitigrilli del amor “es un beso, dos besos, tres besos, cuatro besos, tres besos, dos besos, un beso”, vendría a ser "la vida es un latido, dos latidos, tres latidos, cuatro latidos y ... vértigo".




Fotografía Chema Madoz



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