Y este cuento se acabó, que no vale la pena llevar al veterinario a un gato tan curioso, si acaso, o tal vez tampoco lo merezca, al taxidermista. El exceso de control, ese innato y tan desarrollado instinto de los felinos, no debe confundirse con la curiosidad que, salvo la sana, es siempre compañera de la desconfianza. Una traición nunca se sospecha, se sufre y se pasa página, o se cambia de libro; en cambio, la sospecha es mero recurso tautológico contra la inseguridad, que además de convertir al presunto inocente en sospechoso culpable, no se detendrá hasta encontrarlo.
El jefe de diseño de Apple se fuga a Facebook y este es su reemplazo: Steve
Jobs le llamaba Margaret
-
[image: Steve Lemay]
Apple ya ha encontrado sustituto para Alan Dye, vicepresidente de diseño de
interfaz humana de Apple, después de que este abandonara ...
Hace 23 minutos









No hay comentarios:
Publicar un comentario