Hacía más de seis meses que no escribía nada (varios acontecimientos me han ido apartando de la bloguería, otro día con más tiempo lo cuento) pero anoche navegando me enteré de la noticia, sí, MJ fallecía de manera fulminante por causas que seguro darán mucho que hablar durante los próximos meses. Pertenezco, como ha pasado el tiempo de rápido, a esa misma generación que pronto cumplirá los 50 y claro que Michael Jackson forma parte de ella, bueno su música, la música de un agitador o aglutinador de tendencias. Me gustaría resumir mi opinión sobre la música de MJ con un simple dato: mi hijo pequeño que tiene 40 años menos la adora, y además la comprende.
Más madera!: el fin justifica los medios.
Personalmente, me quedo con el mensaje (obsoleto si lo analizamos desde esta orilla del Atlántico) que Obama quiso transmitir para evitar una promesa susceptible de no ser cumplida (como acontece con todas las promesas políticas) referida a la intervención pública en materia de presataciones sociales (sanidad y educación, básicamente): "La pregunta que nos hacemos hoy no es si nuestro gobierno es demasiado grande o pequeño, sino si funciona..." |
Otro año y otra crisis
Y no me estoy refiriendo a la madre de todas las crisis, sino a su abuela: el conflicto árabe-israelí. Electo y no operativo, hasta dentro de unos días, el futuro presidente de los USA tiene por delante mucho pero que mucho trabajo (también cada vez más paro) ante la bienvenida siempre sui generis de Hamás y su cohorte alianzista civilizatoria tan moderna y pacifista como inoperante. Israel, sociedad y Estado, saben que dentro de muy poco Obama tendrá que pasar por el tamiz del gran lobby aunque de momento, y era el momento, la ruptura del alto el fuego sirva para ensayar o enseñar los juguetitos que los Magos han traído como todos los años al ejército mejor armado del planeta.