¡Que inventen ellos!

Siempre me admiró el orden inglés, esa peculiar forma de entender su continente. También me llamó la atención el diseño holandés, esa particular batalla contra el mar. Ahora bien, llevar el orden y el diseño más allá de lo razonable puede provocar accidentes y si no basta observar la siguientes rotondas.



La llamada rotonda mágica presenta una peculiaridad, en realidad es toda ella una peculiaridad, y es que en las cinco subrotondas satélites se circula en el sentido de las agujas del reloj y en la central, al revés. Sí, ya entiendo, es necesario un plano que aquí va.

Y esta otra, no menos peculiar, me hace reflexionar sobre la viabilidad futura de un verdadero transporte urbano basado no en coches sino en casas. En cualquier caso, resulta muy apropiada la cita de Unamuno para estos delirios, pues eso ¡que inventen ellos!.

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